Carolina Delgadillo: “Los pueblos originarios no tenemos fronteras”

diciembre 2023

Carolina Delgadillo Cruz, es una lideresa. Proveniente de un linaje de artesanos del pueblo Quechua impulsa el emprendimiento “Artesanía intercultural saberes ancestrales”, espacio de rescate y difusión de la cultura de los pueblos originarios de diversos países de América Latina. Radicada en Chile hace 30 años logró gracias a su gestión, la entrega de 162 mil hectáreas para la construcción de viviendas dignas para 4.000 familias. Carolina participa hace 3 años en el Programa Originarias de ONU Mujeres. 

El saber ancestral de un linaje familiar

Carolina Delgadillo heredó el oficio de su familia, es artesana. Oriunda de Huancayo, Perú esta mujer quechua llegó hace 30 años a Chile con el propósito de construir un mejor futuro para su familia en nuevo país, pero sin perder sus raíces. Llegó en el marco de una rueda internacional de negocios en las que participaban artesanos de Ecuador, Argentina, Chile, Perú y Bolivia.

Carolina aprendió de su madre y su padre el arte de la peletería, una de las tecnologías más antiguas conocidas, remontándose a la prehistoria, y probablemente la forma más antigua de elaboración de ropa.  De niña ella observaba y practicaba con los materiales que había alrededor, y así heredó la técnica familiar para preparar el cuero de los animales. “En nuestros tiempos nosotros no jugábamos, nosotros desde muy niños nos enseñaban a trabajar para colaborar con el oficio familiar. Como peleteros hacíamos bajadas de cama, llamitas, gorros, todo en pieles. Y uno crece así sabiendo que es el trabajo colaborativo es indispensable y que cada persona tiene que aportar.  Esas enseñanzas nunca se te olvidan, te quedan para siempre en la memoria”.

“Yo vengo de la sierra peruana, llegué a Chile por una invitación a ser parte de una gira internacional. Este fue un espacio Intercultural y multicultural maravilloso donde nos reuníamos personas de distintos pueblos, todos en hermandad. Los pueblos originarios no tenemos fronteras, siempre hemos habitado y transitado de un país a otro sin problemas, en especial el pueblo quechua y aymara. Recuerdo que en estos encuentros todos intercambiábamos como una familia, todos en unidad, no solo las artesanías que cada uno hacia sino también los conocimientos”.

Mujer, indígena y migrante es la identidad de Carolina, interseccionalidad desafiante para una persona que busca radicarse en un nuevo país. “Cuando llegué a Chile sentí nostalgia por dejar mis raíces, pero me llenaba de alegría saber que Tarapacá con Perú comparten tradiciones y costumbres de mi pueblo quechua. A pesar de esta conexión entre pueblos originarios experimenté discriminación debido a ser extranjera. Batallé mucho para conservar mi identidad, por eso para mí era tan importante estar presente y todos los eventos culturales que podía. Yo quería que la gente me aceptara, quería que me vieran como un aporte y no como una amenaza, entonces me fui incluyendo poco a poco. He tenido hartos problemas, pero con el tiempo lo he ido logrando, por eso cuando me enteré del Programa Originarias de ONU Mujeres yo dije quiero participar ahí”.

Emprendimiento con enfoque intercultural

¿Quién soy yo? Es el nombre del taller más significativo en el que Carolina ha participado dentro del Programa Originarias en la voz de esta emprendedora “Fue una invitación a rememorar nuestra infancia y poner en valor las enseñanzas de nuestros ancestros. El valor del trueque como actividad económica y social de nuestros pueblos, el valor patrimonial de nuestra comida y el arte textil, fue como reconectar con la importancia de cada uno de estos elementos que me convierten en mujer quechua”.

“Yo llegué al programa en el 2020. Un día dije me voy a ir a Originarias, averigüé dónde quedaba y fui.  Pensé que no me iban aceptar por ser migrante, pero siempre he sido una persona muy perseverante y no quería quedarme con las ganas de intentarlo. Apenas llegué me aceptaron como la mujer quechua que soy, y yo feliz. Creo que esto es lo más importante, que el Programa invita a las hermanas a ver distinto, porque a nosotros como pueblos originarios nos mueve la unión, el compartir, dar lo que tu tengas para compartir y recibir lo que otros deseen entregar, justo esto es lo que más me gusta del programa”.

Actualmente Carolina lidera el emprendimiento “Artesanía intercultural saberes ancestrales”, iniciativa que contribuye a la preservación y promoción de las tradiciones y culturas de los pueblos originarios de Chile, Bolivia, Perú y Argentina; así como transmitir historias, símbolos y técnicas ancestrales, evitando que se pierdan con el tiempo. Al promover la venta de artesanías en entornos más amplios, además de fomentar la interacción entre diferentes culturas con el propósito de contribuir al entendimiento mutuo y a la construcción de puentes culturales, reduciendo estereotipos y prejuicios.

“Creo que los emprendimientos con enfoque intercultural como el mío buscan fortalecer el sentido de identidad y orgullo cultural entre nosotros los artesanos y la comunidad en general. Porque somos nosotros los que ponemos en valor y destacamos las tradiciones locales, además de fortalecer la diversidad cultural de pueblos originarios no solo de nuestro país, sino también de los países hermanos,”, sostiene esta emprendedora.

La dirigente social en busca de vivienda digna

En el 2016 Carolina junto a otros vecinos migrantes y de la comunidad de acogida, todos emprendedores, conformaron el Comité de Vivienda Emprendedores en Acción, con el propósito de buscar una solución habitacional en conjunto. Instancia que lidera y que este 2023 luego de varias conversaciones con autoridades incluso con el Presidente de la República de Chile Gabriel Boric, logró concretar la entrega 162 mil hectáreas en el Cerro Punta Gruesa de Iquique la cual beneficiará a 4.000 familias.

“Para nosotros fue maravilloso porque al fin, después de tanta lucha, se va a contratar el proyecto. Y lo más feliz es que muchas familias van a ser beneficiadas con sus casitas que tanta falta les hace. Es tiempo de que las familias vivan en un lugar digno, como se merecen también, seguiremos luchando hasta el final hasta que entreguen las llaves y para que otras familias también tengan la oportunidad de tener vivienda, hay que trabajar, saber de qué no es fácil el camino, pero no es imposible”.

En el camino como dirigenta social, Carolina ha sostenido durante 7 años este proceso, por eso cuando se enteró de la entrega de los terrenos, recuerda con lágrimas en los ojos la alegría de saber que el trabajo de años dio sus frutos. “Ser dirigente es una labor muy ingrata. Dejas muchas cosas, dejas tu familia, hijos, trabajo, pero a la vez es satisfactorio saber que estas trabajando por un bien común y el bienestar de otras personas y esa labor es gratificante.”

“Me gustaría compartirle a todas las mujeres que me están leyendo en este momento que los sueños se cumplen, que hay que ser perseverante. Para nosotras no hay fronteras y que debemos ayudarnos como mujeres, debemos ser empáticas con nuestros pares, compartir lo que tenemos y aprender de otras mujeres lo que tienen para compartir, todos los días son un aprendizaje. Mujeres migrantes, indígenas, todas sin importar quiero decirles que sigan adelante porque siempre hay alguna persona o programa como Originarias que nos recibirá  con amor, que harán que se sientan acogidas que las haga sentir importantes, pero sobre todo que crean en ti y en todo el potencial que tienes para entregar a las personas, los territorios o las comunidades”.